lunes, 20 de octubre de 2008

Dos opiniones, una misma vergüenza.















La derecha española tiene un problema, puesto que por su culpa, España es el hazmerreír del planeta. Alzan su voz en contra de la ley de la memoria histórica y la apertura de las fosas donde se encuentran miles de cadáveres, que fueron personas, que tuvieron un pasado y el mundo entero se lleva las manos a la cabeza al saber que hay gente que aun se opone. No se trata de reabrir heridas, como se hartan de indicar dogmáticamente, si no de cerrarlas, quizás no son las suyas y eso les molesta. En Alemania, Italia, Argentina, Chile, Francia se han hecho juicios, se han tomado cartas en el asunto pero aquí, nos negamos después de setenta años. Nos negamos porque aun hay asesinos entre nosotros, porque aun hay políticos directamente relacionados con Franco y sus sentencias de muerte, porque aun hay nostálgicos de la etapa más negra de España. No son comparables los oprobios de los dos bandos, no existe el bando nacional y el republicano, no existe revanchismo, lo que existe son seres humanos con sus virtudes y fracasos; existía un bando alcista, agresivo y fascista y otro elegido democráticamente, innovador y que se defendía, existe un bando enterrado en valles de cruces faraónicas y existe otro que no se sabe ni donde esta. Claro que debemos abrir las fosas, claro que debemos apoyar a Ian Gibson, hispanista y mas Español que muchos, claro que debemos apoyar al juez Garzón y por supuesto debemos señalar a los que aun campan a sus anchas y cometieron actos horribles en pos de la España grande y libre. Los primeros interesados en abrir las fosas y enterarse de una vez por todas que es lo que ocurrió con sus seres queridos deberían ser las familias implicadas, siendo excepción parte de la familia del gran poeta Federico García Lorca que se niega por oscuros motivos políticos de “señoritos” y económicos, los segundos interesados deberían ser los españoles para conocer la verdad de su pasado y desterrar la odiosa frase “la historia la escriben los vencedores”, deberían estar interesados en tener una derecha europeísta, innovadora y desanclarla del oscuro pasado, deberían estos últimos, declarados católicos de bien, apoyar la demolición de ese insulto a Dios, que representa el valle de los caídos. Deberíamos hacer tantas cosas por nuestro pasado que perdemos el tiempo en debatirlas porque la cosa está clara, mientras todos los países estudian su oscuro pasado nosotros giramos la cabeza. Se hizo mucho daño en los dos bandos, solo uno fue enterrado con honores. Vergüenza.


Axel Ribes Grau


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Acabo de ver un debate sobre el tema de si se debe o no desenterrar los restos de aquellos que fueron fusilados por el franquismo y tirados como perros en cunetas…

Lo que yo todavía no entiendo es como existe este debate.¿Por que los franquistas tienen mausoleos como el Valle de los Caídos y cuarenta años para enterrar a los suyos como héroes nacionales y los republicanos, anarquistas y todos los que fueron asesinados tienen que tener sus restos tirados en medio de barrancos o de cunetas?

Esto en una vergüenza nacional y no una reapertura de una herida, porque ¿cómo se puede reabrir algo que nunca ha sido cerrado?

Los “vencedores”, aquellos que llegaron al poder de forma ilegal y con las armas, se cubren las espaldas indicando que en 1977 ya hubo una amnistía total. Me parece bien, pero, ¿dónde queda la dignidad de las personas que fueron asesinadas sólo por pensar diferente o porque un vecino al que no le caía bien le denuncio como venganza?

Estamos equivocados al pensar que por querer enterrar un tema de nuestra historia y no querer hablar de él hace que desaparezca y eso no es así. Somos muchos los que venimos de familias que fueron perseguidas, abuelos que se libraron de ser fusilados porque la selección iba en plan azar, tu si…,tu no…,tu si porque no me gusta como me miras…,tu no porque ya te llegará tu hora…padres con estudios que no pudieron incorporarse al cuerpo de funcionarios hasta que Franco murió, simplemente por el hecho de estar en la lista de los “rojos” o ser sindicalista…familias que pasaron hambre porque el cabeza de familia estaba en la cárcel por no se sabe que razón…Les guste o no les guste, todos esos testimonios siguen vivos. Muy vivos.

Todo esto no significa que haya odio, porque gracias a la naturaleza, Franco está muerto(aunque tardo demasiado en irse al otro barrio) y ahora vivimos en algo que se llama democracia .Pero que haya gente que se oponga a lo que es justo éticamente e históricamente, hace que la gente que lo sufría sienta vergüenza e indignación. Y están, estamos, en todo nuestro derecho…nos lo debe la historia, nos lo debe el respeto que se le debe tener a los muertos, a los que han hecho posible que ahora vivamos como lo hacemos.

Me duele cuando veo los testimonios de esos familiares que ni siquiera saben si sus familiares están fusilados o desaparecidos…todos esos niños que fueron separados de sus familias y alejados de su país,¿qué explicación le daríais a ellos?,¿que culpa tenían esos niños de pertenecer a una familia o a otra?

Lo que más miedo da a estas alturas es ver como, a pesar de estar en el siglo XXI, España sigue siendo un país de catetos, un país incapaz de aprender de sus errores y de personas que todavía se jactan de una época que es una vergüenza nacional. Y eso es todo lo que siento; a pesar de que se pueda pensar que de mis palabras se desprende odio, quiero recalcar que no es así, no es odio sino miedo a que se pueda repetir algo tan terrible como lo que ya ha pasado nuestro país.


Mari Carmen Richart Mañogil

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola porfin has vuelto a escribir y además una historia de la que se vuelve hablar. Sigue haciéndolo y con ésta colaboradora tan especial haceis un buen equipo. Felicidades
Lissy