sábado, 2 de diciembre de 2006

Almas fracasadas


El mundo se llena de almas fracasadas y occidente porta el estandarte. Se llena de obcecaciones en pasados y futuros, de estilos de vida copiados con la mano mala y de luchas internas solucionadas a base de odio mal canalizado. Así te puedes encontrar tú, así me encuentro yo. Mira mi habitación:- Latas de cerveza, ropa limpia por el suelo y sucia bajo la cama, ceniceros llenos hasta los topes y paredes desconchadas. Vivo en el fracaso mas optimista, sino ¿para que seguir? …A veces pienso en ella, o sea en mi pasado y la sonrisa me daña la cara puesto que no está acostumbrada a ejercitar tal movimiento. ¿Te acuerdas? Me pregunto. Claro, me respondo. ¿Como olvidar lo que por seguro fue mi gran momento? Leo sus cartas y me alegro de mi pasado, pero imaginad lo que pienso de mi presente. Las paredes parecen más amplias y a veces se abre un cuadrado en una de ellas y se asoma el sol, pero este no calienta. Ese sol ya calentó en su día y parece que no volverá a hacerlo. Es más, el cabrón enfría puesto que recuerda lo que ya no es ni será. Entonces tengo ganas de que las finas sabanas me protejan y me resguardo en ellas. Sin dormir, pero resguardado de las cartas. Cuando llegas a una cierta edad, todo acontecimiento de nivel mundial se vuelve vacuo de significado y cada acto cercano se vuelve decisivo. Las cartas me atormentan porque siempre quiero tirarlas pero no lo hago, creo un dilema interior que dura horas sabiendo nada mas empezar el resultado y la impotencia duele más que la impotencia de mi miembro viril. La soledad, si, ese otro mal, de entre tantos, de occidente. Temed cuando lleguéis a viejos, sentiréis la verdad, sentiréis que ya nadie siente. Es así como avanza mi futuro: alcohol, putas, escritos, sollozos y añoranzas. Hoy por la mañana parecía que todo iba a cambiar, he llegado hasta el container con las cartas en una bolsa de basura, he llegado hasta el gran triunfo pero he caído en el más estrepitoso fracaso:- Las cartas duermen otra vez conmigo. En mi pueblo nadie camina cuando hay sol, por eso yo me he condicionado a ello.

1 comentario:

Marta Doka dijo...

Aunque el pasado fuera mejor que el presente, jamás lo olvidaría. Si el pasado fue mejor q el presente, puede doler pensar en él, por lo que puedas echarlo de menos pero... creo q no debería ser olvidado igualmente. A veces produce dolor pero, forma parte de nosotros.