sábado, 2 de diciembre de 2006

Hilos oníricos


La noche alcanza al embriagado en la cama y los pensamientos se entretejen con hilos oníricos sin permitir distinción entre unos y otros. Tiene atisbos de muerte y tiene miedo a vivir por si no sirve para nada, si no sirve para algo siguiente a ella. La noche culmina y el embriagado da vueltas entorno a su almohada. Muerte es extraña palabra para el que algún día ha de morirse, no la entiende, no alcanza su magnitud etérea de interposición magnánima y se acongoja pensando en que algún día se debe enfrentar a ella, pero al fin consigue dormir. La muerte alcanza y alcanzó a todos, “mal de muchos” consuelo de tontos.

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