sábado, 2 de diciembre de 2006

Empatía


- ¿Alguna vez habéis tratado de ayudar a alguien con vehemencia y el futuro os ha escupido en la cara? ¿Alguna vez habéis visto la desolación en la cara de un extraño al cuál amasteis hace tiempo ya? ¿Alguna vez habéis huido por la senda oscura del autoengaño complaciente para no tener que enfrentaros a los retos de otra persona y hacerlos propios? – preguntó el señor Jota.


Nadie le contestó.


- La empatía es la única solución para que el futuro del planeta gire hacia el positivismo, pero ¿Podéis sentir el dolor de otra persona y hacerlo propio para llegar a entender la raíz del problema? La respuesta a esta pregunta se contesta con la siguiente frase: Puedo llegar a sentir el dolor propio de otra persona si desecho la siguiente frase: No lo entiendo. Cada vez que ocurre un hecho desastroso se acostumbra a decir: No lo entiendo. Quizás se dice para alejarlo de nuestra comprensión y así confirmar que algo que no podemos entender nunca formará parte de uno mismo. Cada vez que decimos: “No lo entiendo” o “No entiendo como alguien puede ser así” estamos mutilando nuestra capacidad de empatizar. Empatizar no quiere decir que tengamos conmiseración con el asesino o el violador porque entendemos sus males que no se olvide, empatizar desde un punto neutro con el ser más hijo de puta del planeta o con el ser más bueno de la tierra ayuda a ser consciente de los actos de uno mismo.


- De nuevo nadie le contestó, la celda permanecía vacía y fría.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El lunes pasado ví la película española "Horas de Luz", película Española basada en hechos reales. Quién la haya visto sobra de que hablo. La verdad es que no se sí podría empatizar con los asesinos de mis hijos o de algún familiar querido. Creo que sería imposible.