sábado, 2 de diciembre de 2006

Historia de Felicidad y Amor


Felicidad buscó por toda la casa a Amor pero no le encontró. Se había llevado su ropa, libros, utensilios de aseo, fotos, cartas, en fin, todo lo que podía indicar que alguna vez había vivido allí durante tres años. Desconocía el motivo detonante para aquella desaparición repentina pero algo le decía que si podía estar en algún lugar, ese lugar sería la casa de Rutina. Hacía varios meses que Amor había entablado amistad con ella y aunque Felicidad no era partidaria de esa relación no era nadie para impedirlo.- Todo el mundo es libre de hacer y deshacer – pensó – Además yo también he tenido relaciones con otra gente la cual desagradaban a Amor, como el señor Dinero, con la señora Ignorancia o con el joven Idealismo y nunca se enfadó por eso.Felicidad por unas horas, decidió que no debía arrastrarse para ir en busca de Amor, pero su pena fue tal, que sus lágrimas cayeron en hilo de agua. Se levantó de su cama, cogió el abrigo y fue a casa de Rutina.En efecto, cuando Rutina abrió la puerta, Felicidad, vio a Amor estirado en el sofá con la cara compungida.- ¿Puedo pasar? – preguntó Felicidad mientras empujaba a Rutina.Cuando entró en el salón de pintura gris, vio a señor Futuro hablando al oído de Amor. Amor se tapó la boca con las manos al ver a Felicidad y ambos comenzaron a llorar.- ¡Sal ahora mismo de mi casa o llamaré a Tristeza! – gritó Rutina.- Llama a quién quieras, quiero estar a solas con Amor.Amor miró de reojo a Futuro, el cual asentía con la cabeza y dijo con voz temblorosa:- Felicidad no quiero estar más contigo.- ¿Pero porqué? ¿Dime algún motivo? ¿Acaso no te he tratado bien?Amor agarró un cojín y lo apretó contra su pecho.- ¡Vete de mi vida, vete con el señor Dinero, vete de aquí!Felicidad presa de rabia contra Rutina y Futuro, empezó a lanzar una sarta de insultos que más vale no mencionarlos y a tirarles todos los objetos que tenía al alcance de la mano: Cuchillos, peceras, cojines y demás.De pronto la puerta de entrada, se abrió golpeando contra la pared y al escuchar el gran estruendo todos se quedaron en silencio. Tristeza caminó con paso firme hasta el comedor. Todos abrieron los ojos como platos, hasta Rutina se asustó tan acostumbrada a ver a su amiga.- Esto es un mal entendido señora Tristeza yo ya me iba – dijo Felicidad.- Tú no te vas a ninguna parte, tú te vienes conmigo.Amor lloró mientras el señor Futuro le acariciaba el cabello y Rutina se preparaba las maletas para un largo viaje de negocios.Felicidad estuvo muchos años recluida en la prisión de Tristeza sin ninguna prueba que le inculpara de algún delito grave, no obstante allí hizo muchas amigas:- Soledad la que le hacía estar risueña, se encontró a Familia que hacía tiempo que no veía, Música, Poesía, Amistad, pero ninguna de ellas pudo ocupar el vació tan grande que le había dejado Amor.Si os dejaran entrar en la cárcel de Tristeza, a día de hoy veríais a Felicidad muy cambiada. Lleva el pelo rapado y ya no sonríe, al igual que Soledad, pero lo mas extraño de todo es que desde hace poco se hace llamar Decepción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy he leído una historia de paréntesis, comas y puntos, me ha gustado mucho. Me he acordado de tu relato. Si puedo, te lo enviaré, empieza diciendo, hola paréntesis. No sé si te pica la curiosidad.

Marta Doka dijo...

Qué verdad tan grande, leí una historia muy parecida pero con otros protagonistas, me la habían pasado por email.