domingo, 25 de febrero de 2007

No lo entiendo






Mi padre siempre estaba con la frase "no lo entiendo" en la boca. Recuerdo que, mientras comíamos madre y yo debíamos estar callados porque él veía el informativo, aunque el tampoco decía gran cosa: Una muerte por sobredosis, "no lo entiendo", un empujón a las vías del tren, "no lo entiendo", guerra con un país, "no lo entiendo". Si él no entendía las cosas yo menos me iba a esforzar a entenderlas. Tampoco entendió porque de repente mi madre murió y porque le echaron del trabajo.


Me molesta esta gente que dice "no lo entiendo". Creo que es gente vaga por naturaleza, que no tiene personalidad y que no se esfuerza en salir a adelante. Yo si que entendí porqué murió mi madre y porqué a mi padre lo echaron del trabajo, yo si que entiendo porqué la gente muere por sobredosis y entiendo porque hay guerras. Ocurre todo esto porque la gente se aleja de la sabiduría. Yo le dí todo a la Sabiduría y ella me lo ha devuelto multiplicado por cien. Precisamente la encontré cuando mas la necesitaba, cuando mi madre murió y mi padre no podía casi ni sonreír. Llegó a mi desde Sandra, una bella persona que ha hecho mas que nadie por mi. La amo, te amo a ti, amo a todo el mundo. Ella me presentó a "Vida Erudita". "Vida Erudita" somos un grupo de personas, para que me entiendas, que nos ayudamos mutuamente a culturizarnos.


Por aquel entonces estaba sumido en la depresión pero aun tenía fuerza como para ir al trabajo. Con mis dieciocho años, no tenía otra opción que la de trabajar puesto que mi padre, a su edad, ya no podía encontrar uno. Trabajaba en una tienda de telefonía, donde no había mucha clientela y encontré gran consuelo en Sandra. Cuando entró en la tienda creí ver a un ángel. Su melena rubia que parecía resplandecer al sol, sus gafas negras de pasta que contrastaban a la perfección con su blanca tez y su traje negro Armani al principio hizo que me avergonzara de mi aspecto, pero en cuanto me sonrió dejé de sentirme incomodo. Me dio la mano y se presentó como vendedora de libros. Yo por aquel entonces no tenía gran interés por los libros, pero viendo a Sandra tan simpatica y amigable y yo tan aburrido que estaba en la tienda, decidí darle conversación. Me habló de cervantes,Lorca, Neruda,de la generación del 27 y de la edad de oro española. Yo no entendía mucho de todo eso, pero me encantó la forma que tenía de explicarlo y con la pasión que vivía la literatura. Entonces me dijo que por protocolo, debía de justificar el tiempo que había pasado conmigo. Yo le dije que no se preocupara, que firmaría y es más, que le compraría un libro. La siguiente semana se pasó por la tienda y después de hablar un rato me preguntó si me había leído el libro y con verguenza le contesté que no; me regaló uno que aseguró que me gustaría. Entonces comencé a leer y descubrí un mundo maravilloso en el cual las mejores historias le ocurren a otros pero que tu les acompañas en todo el recorrido. Cada semana venia por la tienda y yo no podía parar de agradecerle haber despertado en mi la curiosidad por la lectura. Un día me sorprendió invitándome a una conferencia de su empresa. ¡ Me estaba pidiendo una cita! Al salir del trabajo, fui a casa, me duché, me vestí con lo mejor que encontré (no podía desentonar mucho al lado el traje Armani de Sandra) y salí disparado con el coche hasta la dirección que me había dado. Cuando llegue al lugar en vez de encontrarme con un edificio de oficinas me encontré con una masía perfectamente arreglada. Ella estaba fuera, esperándome con su gran sonrisa. Me dijo:

- Bienvenido a Vida Erudita.


Solo os puedo decir, que apartir de ahí me cambió la vida por completo. Dejé el trabajo, porque en "Vida Erudita" ya me daban el de vendedor de libros y encima entendí que para ser feliz no se necesita dinero, es más les ayudé a mejorar las instalaciones. Me alejé de mi padre porque aprendí que era una carga para mi crecimiento personal y porque no entendia mi nueva forma de vida, además en "Vida Erudita" me daban alojamiento. Lo que mas me costó afrontar fué dejar a mis amigos y mas a uno en concreto:a Luis.


Luis no vió con buenos ojos que fuera a "Vida erudita" e incluso nombró la palabra "secta" pero no le culpo, ya me avisaron de esto. Nuestro gran Rector me explicó que mucha gente me intentará apartar de "Vida erudita" porque su ignorancia y a veces envidia, hacen que estén ciegos ante nuestra querida Sabiduría. Aun siento ganas de reír cuando oigo a Luis decir: "No lo entiendo, no entiendo como has podido caer en una secta" ¡Que ignorante! Lastima que seáis limitaditos... Hacedme caso, nunca mas digáis "no lo entiendo" esforzaros a buscar respuestas, gandules. Todo tiene una explicación.

2 comentarios:

Charly dijo...

Hola Axel, he pasado un buen rato leyendo el blog, que hace mucho tiempo que no entraba...hay que reconocer que eres un artista, haber cuando publicas un libro XD.

Anónimo dijo...

Soy tu Angel de la guarda. Aunque tu no me ves yo sé lo que piensas,lo que quieres, lo que sueñas. Me mantengo en la distancia y aunque invisible a tus ojos te guardo en un gran pedazo de mi corazón. Te veo, te siento... La vida te sonríe... eres afortunado, aprovechalo siempre.